Mal uso de la diéresis
Cita: “… reubicar el pabellón de carnes en donde era la antigüa Plaza de Ferias o antigüo matadero”. (Diario Occidente, Regional, 1, 2 y 3-V/09, pág. 7).
Corrección: “… en donde era la antigua plaza de ferias o antiguo matadero”.
Comentarios:a). Y esa intrusa diéresis, ¿qué…?
b). Hasta el corrector electrónico de errores detecta el disparate, y lo subraya en color.
* Diéresis. Signo ortográfico (¨) que se pone sobre la ‘u’ de las sílabas ‘gue’, ‘gui’, para representar que esa vocal recupera su sonido y se debe pronunciar, como en vergüenza y argüir. Si en esas sílabas no se pone este signo, la ‘u’ se vuelve muda; aunque la ‘ge’ mantenga el sonido gutural.
No me equivoqué cuando, la semana pasada, comenté que hasta escribían “desgüazar” y “desgüasar”, en lugar de desguazar.
Esta desaguisada (no, desagüisada) metedura de "pies” trajo a mi memoria una simpática anécdota:
Era la época en la que los columnistas del otrora periódico Occidente debíamos llevar nuestros artículos escritos a máquina para que –en preprensa– los editaran las personas que digitaban los textos. A pesar de yo escribir bien en algunos chistes las palabras agüelito y agüelita, tratando de acercarme un poco a la onomatopeya propia de los niños al hablarles a sus abuelos; uno de los digitadores siempre escribía “aguelito” o “aguelita”, y –¡claro!– se me tiraba los chistes. Al hacerle el reclamo me increpó: “Don ‘Ogil’, lo mejor es que usted no siga usando ese signo que es del inglés (¿¡!?)”, y a renglón seguido me recomendó: “… mejor siga escribiendo abuelito y abuelita”.
Cuando le dije que poner la diéresis era sencillísimo, y le expliqué que bastaba con usar un comando (oprimir simultáneamente las teclas alt, 1, 2 y 9 para textos en minúsculas; y alt, 1, 5 y 4 para mayúsculas sostenidas), me espetó: “No, don ‘Ogil’, ¡eso es muy difícil y... muy demorado!”. Ante semejantes desafueros me despedí de él, pensando hasta dónde la negligencia e ineptitud de una persona pueden llegar a deteriorar la buena imagen y el prestigio de una empresa tan importante como el periódico Occidente.
¡Qué contraste!: nada raro que –quien escribió “antigüo” y “antigüa”– sea el personaje de marras. Debe estar cansadísimo por el esfuerzo que tuvo que hacer para buscar el comando del que años atrás se quejaba; pero, ya lo ven, no ha dejado de cometer errores y...¡horrores!
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