sábado, 17 de abril de 2021

Breve e irrefutable "recorderis"


Me preguntan desde una asociación de educadores, con sede en Cali:
“Amigo Óscar, hay en nuestro grupo personas que defienden a ultranza a Uribe; y comentan que él fortaleció el Sena. Tú que fuiste instructor y directivo en esa entidad, ¿tienes información acerca de en qué benefició a esa institución?”.
Respuesta inmediata:
¡Falso, de toda falsedad!...
No porque yo sea antiuribista, pero la verdad –por conocimiento de causa– fue... todo lo contrario:
* Primero: Siempre quiso privatizar la entidad, demagógica e hipócritamente denominada por él: “La niña de sus ojos”. Pero… no pudo por la fuerza sindical, y por las protestas pacíficas de aprendices e instructores. 
* Segundo: Cuando Uribe llegó al poder, en el 2002, estranguló de manera drástica el presupuesto para el 2003. La recuperación presupuestal se logró –por entero– gracias a una intensa lucha mediante la alianza de trabajadores y aprendices, con un alto costo de detenciones, contusos, heridos, procesos disciplinarios y despidos. 
* Tercero: El aprendizaje funcionaba con alumnos que cursaban año y medio el estudio de sus especialidades profesionales en el Sena, y luego laboraban año y medio en las empresas de sus patrocinadores; devengando de ellas (durante esos tres años) un salario inicial del 50%, incrementado –gradualmente, y con un buen poder adquisitivo– hasta nivelar el salario establecido para los trabajadores, según el oficio para el que hubiesen sido capacitados. Y con la posibilidad de seguir enganchados a las nóminas de las empresas.
Y... viene este ilegítimo “Mesías” a desestimular el aprendizaje a cambio de implementar los cursos relámpago de dos horas diarias por trimestres (no más de 150 horas, c/u.). Con el agravante de certificar y registrar esos minicursos como si se trataran del tradicional aprendizaje, “incrementando” –con ese sofisma de distracción– dizque la oferta y la demanda; pero... desvirtuando la realidad al manipular y difundir estadísticas falsas, según las cuales el Sena atendía –durante su mandato– “millonadas de aprendices”; cuando esas cifras, alteradas, no eran más que cursillos acelerados e improductivos.
Y esa modalidad –en ‘cuerpo ajeno’– persiste en lo que va corrido del gobierno de Duque.
* Cuarto: Autorizó a las empresas a rebajar la remuneración del Contrato de Aprendizaje establecida para los diferentes oficios. Hoy solo les reconocen el 50% del salario mínimo, en la etapa lectiva; y el 75, en la productiva.
* Quinto: Por si fuera poco, no podían faltar los actos de corrupción, de los que surgieron varios escándalos. Por citar solo dos: 1. Durante la administración de Alfonso Prada se descubrió un contrato leonino entre el Sena y la empresa de mensajería 4/72 (esto es, entre el gerente del Sena, Prada, y la gerente de 4/72; nadie más ni nadie menos que Adriana M.ª Barragán López –hoy subgerente en la compra de predios para el metro de Bogotá– esposa del defraudador Prada). 2. Elefantes blancos en la construcción de trece (13) edificios en diferentes ciudades del país (más de 350.000’ millones de pesos en obras negras abandonadas; solo en el proyectado para Bogotá, 29.000’ millones), y... ¡sin empezar a construirlos. Debo advertir que Prada (el de-preda-dor) fungió como director en épocas de Santos, pero eso no cambia las cosas: en ese gobierno también se tergiversaron las estadísticas y el maltrato a la entidad, heredados del uribismo.
Y la flor de la cereza: el Gobierno uribista, con su política retrógrada, pretende e insiste en “hacer trizas el Sena”.
¡Tal es el legado que Uribe le dejó a la institución más querida y recordada por todos los colombianos!

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