“Aplacen la sexualidad […] Ese gustico es para la familia”.
“Todos los errores y dificultades, las carencias, las equivocaciones, les ruego apuntarlas en el pasivo de esta carnita y de estos huesitos”.
Estas verborrea melindrosas de diminutivos, propia del expresidente Álvaro Uribe, me hizo acordar de lo que con respecto a este vicio analizaba el Presidente Carlos Lemos Simmonds:
“Hace ya unos años escribí acerca del síndrome del diminutivo, como una de las peores características de nuestro país. Aquello de conseguir una platica, hacer un viajecito, tomarse unos traguitos, comprar una casita, pedir un favorcito, levantarse un puestico, y hasta servirse un tintico es –como lo dije entonces– la expresión verbal de una actitud subalterna e inferior ante la vida. Y, desde luego, la renuncia anticipada a pensar en grande para solucionar los, esos sí, enormes problemas que afronta la nación”.
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